[vc_row][vc_column][vc_column_text]La pérdida auditiva se caracteriza por la dificultad que tiene un paciente para seguir la conversación que sostienen dos o más personas, para escuchar en ambientes ruidosos y para diferenciar los sonidos agudos entre sí.
La hipoacusia, como se la llamamos en la terminología médica, también se manifiesta por sensaciones de mareo o pérdida de equilibrio, de presión en el oído o de escuchar ruidos o zumbidos.
Estos síntomas de hipoacusia se categorizan en cinco tipos (conductiva, neurosensorial, mixta, central y funcional) aunque los tres primeros son los más frecuentes.
Conductiva: Es un tipo de pérdida de audición que ocurre cuando algo impide que el sonido pase del oído externo al oído medio. Es un tipo de hipoacusia que se puede tratar exitosamente con medicamentos o con cirugía. Se presenta debido a:
- Presencia de cerumen en el conducto auditivo externo.
- Que el tímpano esté roto o no vibre con normalidad.
- Alteraciones en los huesecillos del oído medio.
- Presencia de líquido dentro de la caja timpánica (oído medio).
Neurosensorial: Es una pérdida de percepción debida a una alteración en el funcionamiento del oído interno o el nervio auditivo. También se le conoce como sordera nerviosa, porque se puede deber a lesiones de las células pilosas (terminaciones nerviosas) que transmiten el sonido hacia el cerebro. Entre las causas más frecuentes se encuentran:
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- La edad.
- La exposición a ruidos altos.
- Un posible neuroma del acústico (un tumor benigno).
- La enfermedad de Meniere.
- Infecciones sufridas durante la infancia, como paperas, sarampión, meningitis y fiebre escarlatina.
- Ciertos medicamentos.
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Mixta: Ocurre cuando se combinan factores de las hipoacusia conductiva y neurosensorial.
Central: Sucede cuando el sonido entra normalmente al oído, pero el paciente no comprende lo que está escuchando, debido a daños en el oído interno o el nervio auditivo. El paciente cree que no escucha cuando en realidad sí lo está haciendo.
Funcional: El problema es, más bien, de carácter emocional, porque el paciente cree que no puede procesar el sonido y, sin embargo, no presenta deficiencias físicas en el oído.
Cualquier tipo de sordera demanda atención profesional. La utilización de medicamentos o aparatos de amplificación auditiva comprados sin indicación médica puede empeorar la pérdida auditiva.
Cada tipo de sordera debe ser atendido específicamente por un profesional en otorrinolaringología, para un adecuado diagnóstico y un tratamiento correcto.
Pero todo paciente debe tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, un viejo padecimiento de pérdida auditiva puede ser resuelto más fácil de lo que piensa.
¡Contáctenos! En la Clínica de Rehabilitación Auditiva contamos con un equipo de audiólogos experimentados y actualizados y con las herramientas tecnológicas más avanzadas, para prevenir, detectar y rehabilitar a las personas que padecen cualquier tipo de pérdida auditiva.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]